Hay situaciones, trabajos o momentos en la vida que nos exige una atención continua y una constante adaptación a nuevas situaciones, todas ellas fuentes generadoras de ansiedad. Es importante, pues, reconocer sus síntomas, desarrollar estrategias para controlarla y aprender a evitar la ansiedad.
La ansiedad es una respuesta natural de nuestro organismo a un estímulo estresante que activa el sistema nervioso para responder a él. A diferencia del estrés, la ansiedad permanece aunque la situación que la haya provocado desaparezca y puede aparecer de forma anticipatoria.
En la medida adecuada, la ansiedad es positiva, ya que nos mantiene motivados, pero si perdemos el control sobre ella, podemos entrar en un estado de angustia e inquietud constante que puede desembocar en un trastorno psicológico. La realidad es que la ansiedad afecta a muchas personas que, a menudo, la sufren en silencio. Algunas de ellas pueden intentar controlarla mediante el consumo de alcohol, drogas o automedicándose, lo que, no solo no va a solucionar el problema sino que, normalmente, lo empeora.
¿Cómo evitar la ansiedad y gestionarla?
No todo el mundo reacciona igual a una misma situación, ni es igual de vulnerable a padecer alteraciones del estado de ánimo. Esta reacción depende, esencialmente, de dos cosas: de cómo la persona interpreta la situación y de qué recursos personales tiene para afrontar dificultades, situaciones inesperadas o cambios a lo largo de la vida.
Así pues, para gestionar la ansiedad de manera eficiente son importantes dos factores:
En primer lugar, es importante tratar de cambiar la forma cómo interpretamos las situaciones.
En segundo lugar, es necesario desarrollar estrategias para controlar los síntomas del estrés y la ansiedad cuando aparecen y también para minimizar su aparición en el futuro.
También es importante comprender cómo nuestros pensamientos influyen en la aparición de los síntomas de la ansiedad y cómo, modificando los pensamientos poco adaptados a la realidad, se puede disminuir su presencia o intensidad.
Los pensamientos negativos alimentan los estados de ánimo negativos. Para controlar la aparición de la ansiedad ayudan algunas intervenciones terapéuticas. Los grupos terapéuticos ,por ejemplo, pueden ayudar a la persona a superar el síndrome de sobrecarga y en este marco aprender técnicas de relajación, muy útiles para el manejo de la ansiedad, además de cómo reaccionar de manera diferente ante las situaciones que desencadenan sus síntomas.